Una mujer regresó a casa de sus vacaciones con algo más que un bronceado después de rescatar y adoptar a una perrita callejera herida que encontró en México.
Diana Salinas y su papá vieron a la cachorra, a quien luego llamaron Pinta, arrastrando dolorosamente sus patitas traseras por el suelo.
Al principio, pensaron que sufría tanto que habría que practicarle la eutanasia.
Pero después de muchas llamadas para encontrar a un veterinario antes de que sus vacaciones llegaran a su fin, descubrieron que Pinta tenía una vértebra rota y una de sus patas traseras también estaba fracturada, pero que una cirugía de emergencia podría salvarla.
A pesar de que sus vacaciones llegaban a su fin, Diana pagó la cirugía y se aseguró de mantenerse actualizada sobre el progreso de Pinta.
Cuatro meses después, después de un proceso de rehabilitación muy largo, finalmente se reunieron en California, cuando Pinta fue enviada a Estados Unidos para que Diana la adoptara formalmente.