Se le llenaron los ojos de lágrimas a un hombre en el muro fronterizo entre Estados Unidos y México cuando su esposa le sorprendió con su abuela y su padre, a los que no había visto en 12 años.
Bryan, de 24 años, pensaba que iba a una sesión de fotos con su esposa, Julia, de 21 años, así que no tenía ni idea de la gran sorpresa.
En cuanto Bryan vio las caritas conocidas, se le llenaron los ojos de lágrimas.
Al principio intentó tocar los dedos de su padre a través de los espacios del muro, antes de moverse a otra parte del muro y abrazar a su papá y abuelita entre las barandillas.
Bryan llegó a Estados Unidos cuando sólo tenía dos años. Su familia entró legalmente con un visado, pero se quedaron más tiempo del permitido.
Todos los recuerdos de la infancia de Bryan fueron en Estados Unidos, cuenta Julia, pero cuando tenía 12, su padre fue deportado, y no le dieron la oportunidad de despedirse.
A través de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), Bryan pudo quedarse en los Estados Unidos.
En su edad adulta, Bryan decidió que iba a tratar de obtener su residencia, lo que le permitiría viajar de regreso a México, y también volver a entrar legalmente a Estados Unidos.
Él y Julia hicieron un pacto para visitar el mayor número posible de estados de América y para su último viaje habían elegido el estado de Arizona.
Él y Julia también hicieron un pacto para visitar la mayor cantidad de estados posibles de América, y para su último viaje, habían elegido visitar Arizona.
Llegaron a Phoenix, pero antes, Julia le había dicho a Bryan que había planeado una sesión de fotos en Glamis Dunes, en California, a unas cuatro horas en auto del aeropuerto y a unos 45 minutos de la frontera.
Le dijeron que se encontrarían con el fotógrafo enfrente de la frontera.
Julia se había comunicado en secreto con el padre de Bryan, Miguel, de 56 años, que hizo el viaje de seis horas hasta la frontera desde su casa en México, junto con la abuela de Bryan, Olga, de 81 años.
Julia capturó el reencuentro en vídeo. Dijo: “Bryan es la persona más atenta, cariñosa y genuina que jamás conocerás, y al ver su reacción sentí cada una de sus emociones: el dolor, la rabia, la impotencia.
“Es una de las personas más fuertes que conozco, y si lo conocieras, nunca sabrías que ha pasado por tantas cosas”.
Y añadió: “Se me rompió el corazón; muchas veces damos por sentado que podemos tener cerca a nuestros seres queridos.
“Algunas personas nunca entenderán la fuerza que se necesita para que un padre deje todo y a todos los que conoce atrás por la pequeña posibilidad de que su hijo tenga una vida mejor aquí.
“No puedo imaginarme vivir sin mi papá durante casi la mitad de mi vida, sobre todo porque no es como si hubiera fallecido, está ahí mismo, sólo no puedes verlo.
“Abraza a tus seres queridos, porque un día desearás poder hacerlo más que nada en este mundo”.